El mestre Zen Dôgen digué:
Nuestra vida es como un sueño. Luz y sombra rapidamente se transforman la una en la otra. Nuestra vida es como un roció, se extingue fácilmente.
Sobre això Byung-Chul Han explica:
El sueño lejano oriental no es el sueño de la psicoanálisis. Es un sueño sin sueño, puesto que el mundo mismo es un sueño, o sea, un sueño absoluto, ya que no lo precede ni lo sigue ningún mundo verdadero. El mundo como sueño es un lugar del vacío. Nada se empecina consigo mismo. Nada se obstina en sí. La amabilidad lejano-oriental se origina en un despertar al sueño, a la vacuidad del mundo. La incertidumbre de ensueño que no admite nada que se empecine consigo mismo no es, por lo demás, una condición del poder. El poder presupone un sustantivo fijo, un sujeto fijo.
Des de la perspectiva del mestre Dôgen, Poder, Substància, Déu són termes essencialment sinònims
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada
Nota: Només un membre d'aquest blog pot publicar entrades.